Tatuados, laburantes y bien plantados: prejuicios laborales
- 8 may
- 2 Min. de lectura

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En pleno 2025, los tatuajes siguen generando ruido en entrevistas laborales. ¿Moda, identidad o prejuicio con saco y corbata? Una mirada crítica desde el conurbano hacia el mundo.
Hoy me pasó algo que me dejó pensando.
Vino un muchacho al Café. Buen pibe, laburante, educado, con experiencia. Me contó que fue a una entrevista para un puesto en atención al cliente. Todo bien… hasta que se sacó el saco. Tenía un tatuaje en el antebrazo, un dragón japonés bastante piola, nada agresivo. ¿Sabés qué pasó? Nunca más lo llamaron.
Y ahí me quedé, revolviendo el café y pensando:
¿Todavía estamos en esa? ¿En pleno 2025 siguen mirando los tatuajes como si fueran una amenaza?
Porque seamos sinceros: hay mucha pero mucha gente tatuada. Médicos, docentes, programadores, cocineras, diseñadores, vendedores. Es más: a esta altura, tener el brazo limpio es casi lo más raro.
Pero claro, hay empresas que siguen con la mentalidad de 1950, como si mostrar un pedazo de piel decorada te restara profesionalismo. Como si la tinta hablara mal de vos.
Será producto de la cultura animé japonesa o algún efecto colateral del K-Pop que atrapa a los adolescentes mostrando engendros coreográficos de artes marciales y sexualidad apurada con la piel blanca como chofér de subte?😁
Y no. Porque la tinta no grita. La tinta te cuenta cosas. Un nombre, un símbolo, un recuerdo, una herida.
Es historia, identidad, una forma de decir “esto soy yo”.
Te sirvo un cafecito?
A mí me gusta escuchar a la gente. Sentarme acá y que me cuenten cosas.
Y cada vez escucho más historias de pibes y pibas que pierden oportunidades por tener un tatuaje visible.
¿Y sabés qué? Me da bronca.
Y te lo digo desde la vereda de enfrente porque jamás me haría un tatuaje.
Me da bronca porque lo importante no está en la piel. Está en la cabeza, en el corazón, en cómo tratás a los demás, en cómo laburás.
Así que, si estás del otro lado, y te pasó algo así…Sabélo: no estás solo. Y que en este rinconcito de Temperley, con olor a café y a historias reales, te bancamos.
Porque los tatuajes no son el problema.
El problema es seguir mirando con prejuicios.
Y en Café Temperley, hace rato que preferimos ver más allá de la piel.
Ariel Villar
Café Temperley☕
¿Te pasó algo parecido? ¿Te juzgaron por un tatuaje en una entrevista?
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Ariel Villar
Café Temperley☕
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