Libro sin dueño 📖
- Ariel Villar
- 8 jul
- 6 Min. de lectura

Nos tocó mudanza y no hace falta explicar todo lo que implica. Una vez más tomamos conciencia que somos verdaderos acumuladores de cosas que guardamos "por las dudas", y que terminan siempre en un contenedor tras un ataque de orden que nos dura lo que un gas en una canasta de mimbre al viento.
Pero no es éste el caso, sino de lo que encontramos en nuestra nueva morada, tal vez porque su dueño olvidó dónde lo había guardado, o más cerca de mi sospecha, que lo haya dejado intencionalmente para que alguien con la sensibilidad y reflexión suficiente, pueda resonar con él. "Resonar", volver a sonar, a reverberar en alguna mente cuestionadora.
Se trata de un fascículo de una vieja enciclopedia de Editorial Salvat como parte de un trabajo conjunto de escritores encarado como material de divulgación, muy común en las bibliotecas hogareñas hace 52 años atrás, editada en 1968 cuando Yo tenía 8 años.
Lleva por título "La aventura del mañana". Tapas duras, cobertura de papel grueso con textura de tela, arqueada y manchada por la humedad. Hojas amarillentas y de gramaje grueso y otrora brilloso. Ilustraciones maravillosas que aún no pierden su definición y colores, creadas en aquel viejo mundo en el que la tecnología e internet eran cuentos de ciencia ficción y por lógica, realizadas a mano por verdaderos artistas.
Ilustración del libro:

Pero mi curiosidad se volvió excitación tras las primeras páginas de rigor, al encontrar algo parecido a un prefacio con título propio: "La ventana al infinito" y firmado por Pedro Laín Entralgo, cuyos 2 primeros párrafos atraparon mi atención al punto de releerlos varias veces, y que comparto en ésta fotografía casera a continuación, y que podés tocar y agrandar para leer mejor:
Párrafos del libro:

Si bien el fascículo de 223 páginas es de contenido por demás interesante para quienes recordamos haberlo vivido, soñando con un futuro parecido a éste presente, y más aún para quienes no tienen idea de cómo funcionaban las cosas antes de que existiera la hiper-conexión, éstos 2 párrafos plantean cuestiones humanas ancestrales, como la incertidumbre acerca de nuestra naturaleza: de dónde venimos y hacia dónde vamos. La preocupación que aplicamos a nuestros proyectos y también el miedo que implican.
Y acá comienza ésta historia...
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Pero, por qué dejaron el libro?
Tal vez y como te contaba al principio, por descuido, por haber olvidado el sitio de guarda, por su estado de deterioro, o tal vez para dejar que caiga en manos del verdugo que se anime a tirarlo en un tacho de basura, o a quemarlo en la parrilla con cierto asquito.
Pero personalmente creo que no fue desechado aún a pesar de su estado, por el hecho de haberlo leído y haber logrado interpretar su mensaje, con el sueño final de que alguien más lo lea y pueda mejorar su propia realidad, o al menos descubrir un verdadero portal entre líneas que lo acerque un poco más a la esencia de lo que somos hoy día, y mucho más allá, de comprender y modificar lo necesario para lograr una vida mejor.
Ilustración del libro:
El portal
No estoy hablando de esos portales holográficos que nos llevan a otros mundos o dimensiones, o que nos permiten viajar en el tiempo y que desaparecen de un momento al otro.
Me refiero a un tipo de agujero de gusano que sin afectar nuestro cuerpo en tiempo y espacio, nos transporte mediante la imaginación a un estadio en el que la maldita guerra entre sueños y miedos no nos paralice y nos estanque.
Mi Abuelo Tony, eximio músico del que podés conocer su historia real que conté en otro capítulo de Café Temperley☕ cuyo link vas a encontrar al pie de ésta pantalla, me decía: "Naciste con el Don de la música, cuidálo y cultuválo, porque es como una ventanita que te permite viajar a dónde Vos quieras sin moverte de la silla, y que muy pocos tienen". Le hice caso a medias, con el piano, el saxo tenor y la guitarra, marraneándo mi juventud entre boliches y piano-bares de los 70s y 80s.
Hoy, algo tarde tal vez, comprendo su mensaje que aplica muy fuerte para la escritura y el relato, con los que me ausento a voluntad de una realidad mundial que ya no me está gustando mucho...
El cambio
Imaginemos estar frente a una pequeña puerta mágica detrás de la cual todo funciona con leyes distintas a las que conocemos. La gravedad, que hace que invariablemente todo lo que suba tiene que bajar. El deseo, como producto de nuestras carencias o malas rachas económicas y hasta la ausencia de buena salud. Nuestro sistema de creencias compuesto por experiencias y recuerdos, ya sean propios o transmitidos por crianza y el entorno en el que fuimos creciendo, recluyen a nuestros anhelos y proyectos en la jaula de los deseos que, como tales, son cosa del azar, la suerte o simplemente sueños imposibles. Pero te puedo garantizar que detrás de esta pequeña puerta que tenemos delante de nuestras narices, todo funciona distinto. Pero es necesario trasponerla sin miedos y sin preocupaciones, porque en ese otro lugar no tienen sentido alguno.
Los 3 escalones
Finalmente abrimos esa pequeña puerta y lo primero que encontramos son 3 enormes escalones:
El primero dice: "Comprender"
El segundo dice: "Aceptar"
El tercero dice: "Compartir"
Pisamos el primer escalón. Uno de los ladrillos en la pared gira sobre si mismo mostrando un texto que dice:
"Tenés que comprender que el mundo está como está y que, salvo aquello que te afecte directamente, No es tu responsabilidad".
Subimos un peldaño más y se gira otro ladrillo que dice:
"Aceptá que la bondad y la maldad existen, como la buena y la mala suerte, la salud y la enfermedad, como la vida y más infalible aún, la muerte".
Por fin pisamos el último escalón. Un nuevo ladrillo se gira y dice:
"Compartir es elegir y cada una de tus decisiones va a conformar lo que en tu mundo llamás tu suerte, tu realidad".
Seguimos caminando, tal vez forzándonos a vencer preocupaciones y miedos de nuestro mundo conocido, recordando un pasaje del prólogo que te leí textualmente:
"Dime lo que esperas y te diré lo que recuerdas; dime lo que recuerdas y te diré lo que esperas".
Parafraseo que nos llama la atención por su juego fonético y su significado, tal vez un poco borroso como para aplicarlo como la regla de 3 simple o las tablas de multiplicar, a cada aspecto de nuestras vidas.
De nuevo: deseos y recuerdos que ofician como enseñanzas. Preocupaciones y miedos basados en esas "enseñanzas".
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Pero, una vez más: de éste lado de la puertita nada de nuestro viejo acervo parece funcionar. Ni si quiera lo que Los Queros, los sumos sacerdotes de la cultura Incaica solían llamar "La pregunta del bobo". Por caso te proponen: "che, te gustaría ir de viaje de aventuras el mes que viene?" Y respondemos: "No tengo plata, cómo hago?" Este tipo de respuestas nos catapulta directamente al otro lado de la puertita.
En cambio, si reemplazamos nuestra respuesta por una tipo: "Dale! Por qué lugar del mapa arrancamos?". Ahí el dinero deja el papel central de la peli y el sueño se empieza a convertir en un proyecto en mismo momento en que tu dedo señala un destino en Maps.
Sin miedo a que se nos pueda caer de las manos la copa de cristal que acabamos de lavar, vamos invocando (metiendo en boca/diciendo) lo que planeamos hacer en cada lugar. Y de éste lado el Universo escucha y concede. Cómo? Te aseguro que de éste lado de la puerta, el tipo tiene un par de recursos más de los que puedas suponer.
Así fue que encontré éste libro, en ésta nueva casa que soñé y describí con palabras durante los últimos 3 meses, con espacio para cada uno de los integrantes de mi familia, en el barrio que amo, Temperley, con un hogar-parrilla, y escribiéndo mis los capítulos de mi vida, mientras tomo mate al lado del fuego, por lo que, como todo lo que me sucede, siento y expreso gratitud infinita!
Gracias por leer, escuchar y compartir🙏
Ariel Villar
Café Temperley☕
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Infinitas Gracias!
Ariel Villar
Café Temperley☕
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