La Previa

Ariel Villar
hace 2 días
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Te preocupás. Pensás en todo lo que puede pasar y, por lo general no pasa. Si, claro, pasan cosas, pero no las que te quitaron el sueño y todo ese valioso tiempo en el que no disfrutaste a tus afectos, o en el que no aprovechaste para escucharlos, comprenderlos, y hasta incluso ayudarlos con un empujoncito de palabra, o un abrazo oportuno o un beso porque sentiste ganas, porque si. Porque los besos no se piden, se roban. Y el amor no se vende ni se muestra. Se da. Se regala. Se siente.

Entonces sufrís, te enfermás, y te extraviás en una dimensión que nadie más que Vos puede ver, ni siquiera para ponerse un minuto en tus zapatos. Entonces dejás de reir a carcajadas por bromas triviales o por ese humor irónico y anti héroe que nos caracteriza y que, sin saberlo, es el que nos da fuerzas para patearle el trasero al mismísimo destino, al que le compramos bien caro el título de "implacable", y le regalamos el poder de hacernos creer que ya estamos condenados por su capricho, que no es otra cosa que nuestro propio miedo.

Y resulta que cuando decimos "son cosas del destino", en realidad estamos regalando nuestra propia capacidad de ningunearlo, ignoralo y cambiarlo simplemente porque se nos antoja.

O cuando decimos "el tiempo es tirano", y nos negamos a reconocer que el tiempo no existe y que es un invento humano con fines de control y poder, creado por un otario aburrido que en lugar de multiplicar la vida, el amor y la felicidad, sólo supo divirla en 60 partes iguales y otras 24 partes más grandes, y como seguía aburrido se pasó por el quinto forro de su arrugado escroto las 4 hermosas estaciones del año y las dividió en 12 meses a los que dividió en 4 semanas para hacernos trabajar aún bajo la nieve y hacernos ir a dormir cuando aún es pleno día, haciéndonos creer que somos superiores a los animales porque ellos no entienden ésta idea idiota del tiempo.

En todo caso, lo que conocemos como "tiempo", podríamos explicarlo como el lapso biológico que nos toca transitar entre el milagro de nuestro nacimiento y la caducidad de la interface que nos permite sentirnos vivos. Sólo eso... Jah! Casi nada.

Y encima tenemos que escuchar a algún infeliz que grabó un reel diciendo "yo no elegí nacer".

Y nuestro jodido sarcasmo nos hace pensar en la posibilidad de la existencia de algún Genio de la Lámpara de Aladino pasado de copas y le concedió el milagro de la vida al espíritu equivocado.

Y ni hablar de agradecer la vida! Imagínate: según la Santa Inquisición vinimos a éste plano de existencia a purgar un pecado original que nunca cometimos. Si no existíamos?

A veces siento que la religión y el funcionamiento de la justicia son obra del mismísimo diablo, en el que tampoco creo, porque si el que dicen que está arriba fuese "todopoderoso", el aprendiz de Incendiario con cuernos tendría los días contados. Ves? "días", "contados", "tiempo", si, el que no existe, el invento bobo. Te das cuenta como funciona todo?

Si, ya se, igualdad de oportunidades, sacrificio, dedicación, empatía, justicia... Podemos discutir 3 vidas y nunca nos vamos a poner de acuerdo. Somos 7.000 millones de personas únicas y distintas. Y te cuento que a 1 metro de distancia uno de otro, la superficie de Uruguay nos sobra. Pero vos igual seguí creyendo que se agotan los recursos, el petróleo, los alimentos, el agua y hasta el mismísimo Sol, al que se ve que todavía no pueden descubrir cómo apagarlo, para joder nomás, para ver quién la tiene más larga.

Igual, Vos seguí preocupado, estresado, y culpando a todo lo que está del lado de afuera de tu piel, que es una buena forma de dejarle tu lugar a otro que tal vez ni siquiera lo merezca y que encima lo reclame como propio.

Es más: seguí votando y creyendo que el cambio es de a muchos, uniendo fuerzas y poniéndonos de acuerdo para elegir al que te pegue un corchaso en la pierna y después te regale una muleta y por eso después lo adorás, en lugar de elegir al que te pega el tiro en la cabeza. Pero ni se te ocurra pensar en No elegir a ninguno de los 2 y arriesgarte a esquivar las balas, y a armar una buena revolución y sacarlos a todos a patadas en el culo, porque te tildarían de loco.

Y entonces, algunos ya entendimos eso del amor, de ser buena gente a pesar de todo, y que el verdadero cambio es de a uno, de uno en uno, personal e intransferible. De la piel para adentro. Y que no tiene nada que ver con política, con religión, ni con prejuicios o la validación ajena de quienes ni siquiera firman lo que publican con su verdadero nombre, por vergüenza o cobardía, o peor, por ser un bot, en un mundo virtual absolutamente inútil y sin sentimiento alguno.

Pero tranqui. Vos igual tenés el derecho de elegir.

Ariel Villar

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