top of page

El tiempo no existe. ⏳

Foto del escritor: Ariel VillarAriel Villar

A 4 años de haber dejado atrás el mojón de los 60 empezamos a sentir los efectos de una desaceleración lógica. El cuerpo ya no es el mismo que a los 40 o 50 y todo parece confabular para que un invierno bien marcado y las necesidades cubiertas nos tiren a quedarnos al calor de la estufa, sin obligaciones y siendo dueños de todo el tiempo que nos quede.

Claro está que no es poca cosa poder disfrutar de unos buenos mates sin horarios en éstos tiempos que corren y en ésta bendita tierra.

Pero, cuidado! La casa nos come lentamente y no pocos empezamos a descartar los proyectos a largo plazo, tal vez como consecuencia de pensamientos subconcientes relacionados con la muerte que aparecen cada vez más seguido, cuando nos enteramos que algunos de nuestros congéneres nos van dejando.

Aún viviendo en familia nos empezamos a sentir cada vez más solos y la realidad puertas afuera nos interesa cada vez menos.

En el ámbito social se repiten las mismas preguntas y los mismos temas, lo mismo que las respuestas y opiniones que repetimos de memoria una y otra vez. Entonces empezamos a elegir lugares, personas y cuánto tiempo les dedicamos. Tiempo. Del que nos empezamos a dar cuenta que en realidad no existe, aunque nuestro cuerpo tenga la fecha de garantía vencida.

Nos damos cuenta que ser felices y sentirnos bien es un hábito y no cosa del destino, y que la gratitud por cada nuevo día siempre incluye la esperanza de un mañana más.


"Una vuelta más, una vuelta más!", le gritábamos al calesitero cuando niños, sin siquiera tener noción de la hora o del tiempo. Y qué terrible hubiera sido haberla tenido!

Pero al menos terminábamos la secundaria con una idea del rumbo a seguir en nuestra vida. Rumbo que después cambiamos tantas veces para no perder el tiempo.

Tal vez ése siga siendo un error: vivir y planificar nuestras vidas en función del tiempo que estimamos que nos queda. Estar "hechos" a los 40, guiando a los hijos hacia sus objetivos y planificando los gustos que nos vamos a dar al cumplir los 50. Esfuerzo, ansiedad y velocidad. Una locura!



Y ni se nos pasa por la cabeza la posibilidad de una "falla mecanica" que nos haga abandonar a mitad de carrera.

Es entonces, algo tarde tal vez, que tomamos conciencia del valor de la gratitud, de disfrutar cada paso, cada logro, incluso cada fracaso sabiendo que con él aprendemos mucho y, muchas veces, hasta tenemos la posibilidad de volver a intentar.


A no pocos nos han preguntado: qué harías si supieras que sólo te queda el día de mañana?

A mí me lo preguntaron de joven, y después también de bien grande, y en ambas oportunidades respondí lo mismo: "creo que siempre, desde chico hice lo mismo. Vivo cada día como si fuese el último". Tal vez sea por eso que aún sigo en carrera. O por curiosidad de la mismísima divinidad para ver qué voy a hacer mañana.


Nuestra generación soñó con los viajes en el tiempo, sobre todo al futuro, tal vez con avidéz de ver tecnologías maravillosas. Hoy creo que si ese sueño persiste, sería poder viajar al pasado, seguramente para ver si podemos cambiar algo, porque proyectando nomás un par de décadas adelante y tal como vamos, no parece muy tentador.


Tallando más profundo, hasta parece que no sería necesario viajar al pasado para cambiar nuestro presente. Tal vez sea cuestión de modificar algunos recuerdos en nuestra memoria y validarlos hasta convencernos que fueron reales y que tuvieron un sentido para el futuro.

Parece ser que el Universo escucha obedece. Y dependiendo del grado de detalle que le demos a nuestros planes, la dedicación que les dispensemos y la credibilidad que les asignemos, así sucede.


Tal mi caso personal: siempre conté con llegar a viejo, con las necesidades cubiertas, motricidad y movilidad propias, conciencia absoluta y total Libertad, sin tener que salir a trabajar ni una sola hora al día. Y aquí estamos, tomando mate, escribiendo lo que se me ocurra, disfrutando de un techo calentito, pensando qué tengo ganas de hacer en la próxima hora, y agradeciendo.


Espero que puedas cumplir tus sueños, realizar tus planes, disfrutar del proceso, y que tengas tiempo de sobra para ver que todo suceda.


Gracias por leer!


Ariel Villar

Café Temperley

 

0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Radio en vivo
bottom of page