Ocurrencias para pensar🧠

Inteligencia Artificial (IA)

Llegó para facilitarnos las cosas. Puede escribir, redactar, hacer videos, y hasta pensar por nosotros. Quien crea que es gratis estará condenado.

El precio?: Tu Libertad de Expresión, tu pensamiento, tu creatividad, tu mente.

El fin?: Control.

Vayamos con cuidado. Muchos aún escribimos lo que no queremos por no prestarle atención al maldito corrector, un algoritmo ya casi prehistórico.

Audios de WhatsApp de más de 30 segundos.

Aguante el X2!

Qué nos pasó? Perdimos la paciencia? Vivimos apurados? O tomamos como abuso el hecho de tener que fumarnos 1 minuto escuchando sin poder meter un bocado? Todo suma. Sobre todo cuando perdimos la capacidad de sintaxis, la narrativa coherente, la precisión de conceptos, y la correcta utilización de herramientas intelectuales, muchas veces amputadas por modismos y "horrores" de interpretación como parte del efecto "nivelador hacía abajo" de un sistema educativo en ruinas, y Padres incapaces de poner si quiera algunos parches desde el acervo cultural.

En un audio de apenas 60 segundos nos tiran 3 conceptos distintos, y la gran mayoría no tiene las ganas de escucharlos ni la capacidad de desmenuzar, comprender y responder en el mismo orden del audio recibido. Pero tampoco tienen las herramientas básicas para escribir claramente y sin faltas ortográficas.

La gente cada vez lee menos!

Cierto. Y a Dios Gracias para quienes escribimos. Estamos cambiando viralidad por exclusividad. Lo viral es como la cumbia o el reguetón: llegan a la cúspide del éxito y duran lo que un gas en un canasto de mimbre. Seguidores, copiadores, lo de siempre.

Lo exclusivo crece de a poco. Como el agua, necesita buscar el cauce para trazar su curso, y lo encuentra sólo en las mentes capaces de comprender, interpretar e imaginar mediante la lectura y sin ayuda de videos o imágenes que oficien de muletas culturales para los poco ilustrados. Lapidario lo mío, si. Pero no es mi culpa. Es el Sistema.😁

Familias ensambladas.

Mientras la pantallita nos muestra las mentiras de los ricos gracias a la viralidad tipo "Qué hacés Normal?", estacionando un Lambo alquilado y una rubia con fan page (o debería decir "fun page"😁), y a la semana siguiente aparece con otro reel tratando de venderte un curso tipo auto-ayuda para el éxito económico o cómo hacerse rico en 10 simples pasos.

Claro, los adolescentes "tactilógrafos" de familias ensambladas seguidores de orientales con 3 kilos de maquillaje blanco para tapar su amarillez y con ojos operados y maquillados para que parezcan redondos como los de los animé, claman por su Libertad individual en una primera adolescencia de oídos sordos a cualquier intento de charla que, por incapacidad de concentración y porque simplemente todo les absorbe un producto de gallina, no debe durar más de 1 minuto ni contener palabras no incluidas en su rudementario set de comunicación, por lo que ponerse azules como pitufos ante la falta de WiFi hoy está considerado como un diagnóstico y una patología que obliga a una terapia sin retorno. La figura paterna del "intruso", destruída por su antecesor proveedor de esperma, no tiene cabida alguna siquiera en apenas un intento de sugerencia a su madre biológica, en cosas tan básicas como la higiene personal.

Chofeeeer!! La paraaaadaaa!!!

Somos lo que comemos.

Literal, si de comida se trata. No es lo mismo el aroma de la deposición de un asadito permitido de Domingo que la de un guiso de murciélago oriental, sin si quiera pensar en las consecuencias que nos obligaron a digerir. Pero el sur también existe y por éstos pagos los murciélagos no abundan. Entonces hubo que buscar algo que nos resulte más familiar. Ya se! Mosquitos!

De nuevo: Segunda Boludemia en proceso.

Pero... Los mosquitos no se comen!

Pero pican. Y con repelentes y espirales a valor blue le hacemos creer a cualquier gil con una gripe fuertasa de esas que te muelen los huesos, que tiene dengue y después lo vacunamos.

Nada. Pasa que soy jubilado, viste? Práctico Alpedismo 24/7, a Dios Gracias y a 55 años sin sabático de ninguna especie, una sesión de 55 minutos de terapia me sale más cara que el kilo de asado que me comí anoche. Y la verdad es que contarle todo ésto a Segismundo desde el lecho de muerte cerebral para que después me diga con cara de nadie lo que ya sé, la verdad es que no me cierra.

Nada. Dejáme un comentario al pie de ésta pantallita que es parte del tratamiento sugerido para mi maltrecho ego.

Ariel Villar

Café Temperley

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