Creéme que si y que no
- Ariel Villar
- 11 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 ago

Que tu experiencia no le sirve a los jóvenes, es un hecho. Lapidario. Más aún si hablamos de los hijos de una familia ensamblada.
Aunque les aclares que les decís las cosas por su bien, para que les vaya mejor, para que no sufran, y si sufren, para que sepan diferenciar entre una buena razón para sufrir y una huevada, y para que aprendan a transitar ese sufrimiento y aprendan del camino, creéme que no te van a dar un sólo gramo de bola.
Ni siquiera esperes que de una conversación en el almuerzo, que se acuerden a la hora de la cena del mismo día. Pantallita: slide. Vos y lo que dijiste: slide.
Aceptálo. Si sos mayor, lo suficiente para que seas invisible entre una multitud de -40 definitivamente tus intenciones y lo que considerás tu sabiduría están fuera de su alcance.
Y qué podemos hacer con eso?
No mucho. Tal vez lo más difícil y por lo que vas a salir seguramente mal parado ante la mirada social, que en mi caso me importa lo mismo que el papel higiénico teniendo bidet, es ponerte en el papel de Dictador, dando órdenes de lo que se debe y lo que no se debe hacer, en cuyo caso si cumplen la orden se les premia y si no la cumplen, se los castiga. Rudimentario si se quiere, pero bastante eficaz. Pero para ellos el retorcido mundo virtual se los traduce como abuso de poder.
La opción que queda, después de haber probado con largas charlas y varias pavas de mate hasta el amanecer, sin muchos resultados netamente positivos y sin efectos colaterales, es establecer claramente cual es tu roll, para que existe en sus vidas y el motivo de haberte hecho tomar esa decisión tan importante y enormemente pesada y costosa de llevar siempre colgada, y que ellos, sin dejar de gozar de todos los beneficios que les proporcionás, hagan lo que puedan, para soportar, para sufrir, para aceptar, y para salir adelante por su propia cuenta y sin traer problemas a casa. Si, claro! Se van a sentir abandónicos, incomprendidos.
Y creéme que si, que van a salir adelante, tal vez no sin cicatrices.
Y creéme que no, que a todo aquello de lo cual intentes advertirles como nocivo, no le van a dar la más mínima pelota.
Tu límite es tu paciencia, tu sabiduría y tu salud.
El límite de ellos es su sangre, que no es tuya.
Y vos sabrás aplicar toda tu sabiduría para decidir hasta qué precio estarás dispuesto a pagar por las consecuencias.
Ariel Villar
Café Temperley☕
Si te gustó ésta entrada, te invito a enviarme tu invalorable colaboración en la forma más segura a través de Mercado Pago
mediante el siguiente botón:
O también por PayPal:
Tu comentario y tu calificación al final de ésta pantalla es bienvenido y compartido con todos los lectores.
Infinitas Gracias!
Ariel Villar
Café Temperley☕
Comentarios