Hace mucho tiempo vivía un granjero que vendía mantequilla en un pueblo muy pequeño. El panadero era uno de sus clientes más fieles, pero un día empezó a sospechar que la barra de mantequilla pesaba menos que la libra que estaba pagando.
Así, decidió pesarla en su negocio y descubrió que sus temores no eran infundados. Reunió a varios pobladores como testigos y se encaminó a los tribunales para demandar al granjero. Una vez allí, el juez le preguntó al granjero si usaba una medida para vender las libras de mantequilla.
Con una voz segura y con mucho temple el acusado respondió que, al trabajar con instrumentos primitivos, no tenía un mecanismo para pesar su mercancía. Sin embargo, sí tenía un método que usaba como escala. Los testigos, el panadero y el juez inclinaron el cuerpo para escuchar mejor la defensa del granjero:
“Señor juez, mucho antes de que el panadero empezara a comprarme mantequilla yo le he comprado una libra de pan todos los días. Él me lo trae temprano por la mañana, y lo que hago es ponerlo en una balanza y le doy la misma cantidad de mantequilla por el peso que él me da de pan”
Todos reclinaron el cuerpo hacia atrás y miraron de forma despectiva al panadero. Este decidió retirar los cargos y nunca más se quejó al respecto del peso de la mantequilla.
Autor desconocido.
(Si lo conocés, podés dejarlo en un comentario al pie de tu pantalla)
Ariel Villar
NBA Productora
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Acervo cultural y un poco de memoria
Aún me parece escuchar la voz de mi Madre repitiéndome los dichos que con el tiempo y en forma casi automática fuí dando como respuesta reflexiva ante situaciones que lo ameritaran:
"Cosecharás tu siembra"
Después, y también con el tiempo todas esas frases se fueron metiendo en alguna cajita de la mente, tal vez asustadas por las nuevas expresiones, avasallantes como topadoras despiadadas talando una selva de conocimientos que tardaron muchos años en crecer, desde apenas semillas en mi colgada niñez.
Hoy, y también tal vez gracias a la falta de espacio de un noble pero gastado rígido, el software más sabio de toda nuestra existencia y creado en el mismo instante en que fuimos concebidos, se encarga de pasar a la papelera todo lo efímero y viral, para hacerle un espacio en la sección "destacadas".
Quieran Dios y mis siempre jóvenes ganas para disfrutar de unos cuantos años más, para que la cajita escondida quede completamente vacía y las destacadas formen parte de éste modesto lugar, para poder compartirlas con quiénes deseen seguir pasándolas de generación en generación. Y con mucha suerte, que sobrevivan a un posible gran apagón.
Y el único lugar seguro, va a ser la memoria colectiva.
Ariel Villar
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