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Deseos, necesidades y dichos populares.
Más que claro que no hace falta decir que los tres elementos del título refieren a cosas totalmente distintas, pero en ésta hipocondríaca Nueva Era post-pandémica se vuelve oportuno abordar sus definiciones.
Deseo: querer/anhelar/apetecer, como actitud hacía algo que se quiere conseguir. Del latín: "
desidium".
Necesidad: se trata de un impulso dirigido a satisfacer una carencia de naturaleza variable como alimento, agua, vivienda, protección, afecto, hasta orinar y evacuar.
Dichos populares: son frases nacidas en el acervo popular que refieren a situaciones comunes a lo largo de la historia humana en sociedad como parte de la enseñanza no tradicional mediante la infable sabiduría del consejo o advertencia.
Pero, qué tienen que ver éstas tres palabras tan disímiles? Ok. Todos alguna vez cuando menos, deseamos una vida mejor, sea en lo económico, en salud, en afectos, en seguridad o vivienda. Y tal como reza una premisa fundamental de las técnicas de venta contenidas dentro del mundo del Marketing "convertir un deseo en una necesidad", que no es otra cosa que inducir al individuo a comprar aquello que desea pero que no necesita, aún si para ello tenga que postergar una necesidad.
Cómo ejemplo podemos recordar un viejo slogan de una reconocida tarjeta de crédito: "Pertenecer tiene sus beneficios", que no es otra cosa que un crédito de bolsillo representado por un pedazo de plástico que, si no se tiene la conducta de un contador público y un economista educado para ser rico, terminamos endeudados hasta la pera comprando o bien boludeces innecesarias o artículos de necesidad a los que nuestro bolsillo no llega para pagarlos de contado y nuestra capacidad de ahorro cuando menos en una economía estable requiere un tiempo que transforma esa necesidad en un calvario.
No tengas dudas! El Marketing es una canallada zanjadora de grietas socio-económicas y el motor del consumo que nos hace creer que estamos económicamente "mejor" (ah! Re zurdo el tipo).
Pero guarda que hay un detalle oculto que, desde la mirada de la pobreza que nos resistimos a aceptar, nuestro "Manual de Dignidad y Filosofía del Pobre" nos dicta la letra de otro dicho popular:
"No es rico quien más tiene sino quien menos necesita".
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A ver, descuarticemos: si no necesitamos nada y por tanto no tenemos todo eso que deberíamos necesitar, seguimos siendo pobres! Te das cuenta? Las palabras utilizadas correctamente no sólo pueden ser formadoras de opinión sino también verdaderas drogas de la felicidad que nos van adaptando sin chistar a un sistema que nadie que tenga un pulgar de frente desea. Y si encima reforzamos el efecto con la creencia popular que ubica a todo rico en la presunción de malversador, garca, corrupto o político, nuestro digno metro cuadrado de nube con arpa de regalo está asegurado!
"De los Pobres es el Reino de los Cielos".
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Ya ves. Ahora que vas tomando conciencia de tu situación económica real, la de siempre, esa que con suerte te permite trabajar 12 horas diarias para que el Finde siempre te quede chico, hacé un esfuerzo tipo "mea culpa"(que nada que ver con orinarte en tus responsabilidades), para aceptar que también nos enseñaron todo mal. No adiestraron para pobres!
Pero volviendo a lo del plástico te voy a revelar un secreto que nuestro sistema de creencias ve como algo parecido al "Cuco". Claro, compramos con la tarjeta "Ahora" en "12" cuotas que, aún cargadas con algún interés, el galopante y permanente default argentino que pone un descabellado "Blue" a 500 mangos arrastrando el precio de todo lo que se pueda comercializar, saciás una necesidad "Ahora" y la cuota "12" tiene el valor del caramelo que el chino te da como vuelto por moneda de curso legal.
Llega la liquidación y el primer sentimiento es querer castrarte con un 357 pero PARÁ! Por si no te acordás, los bancos emisores te cobran mensualmente un jugoso seguro de vida, cuyo fin es cubrir toda tu deuda de tarjetas de crédito, préstamos y saldos deudores de cuentas al momento en que te ponen a dormir en el sobretodo de madera. Me seguís?
Ok. Si sos asalariado y pagar el total del saldo está dentro del terreno de los sueños inducidos por Ayahuasca, pagá el mínimo. Ésto impide el bloqueo de la tarjeta y muestra tu honorable voluntad de pago, pero también descarga y libera los límites de compra por unos días.
Seguro. El resto del saldo adeudado es acumulativo y en la próxima liquidación va a ser parte del total, más sus intereses correspondientes. Así cada mes, vas transformando necesidades de seguridad, por caso cambiarle un par de cubiertas al auto evitando un accidente y la decepción de ahorrar un año para cuando te das cuenta que con eso no compras ni la tapita de la válvula para inflar.
Igual no seas mezquino: cobrá el aguinaldo y metéle la mitad a la tarjeta.
Cuestión que si te toca el timbre la Parca, no le dejás ninguna deuda a los que convenientemente se les llama "deudos", porque el seguro que pagaste en cómodas y obligatorias cuotas se encarga.
Seguime para más consejos sobre cómo mejorar tu estado de ánimo y tu bolsillo, y si no, hacéte Influencer!
Ariel Villar
RadioBlog
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