"Sueños y números: el ascenso al delirio quinielero"
En el Café Temperley, don Abelardo era famoso por ser el intérprete oficial de sueños. Cada tarde, con su librito raído de la quiniela, dictaminaba con precisión matemática qué número debía jugar cada parroquiano según sus pesadillas o fantasías nocturnas.
—A ver, Doña Pepa, ¿qué soñó anoche? —preguntó, acomodándose los lentes.
—Soñé con huevos. Huevos por todos lados. ¿Qué será? —dijo Pepa, entre intrigada y preocupada.
—¡El 00, Pepa! ¡Los huevos! Y jugalo al revés también, que puede venir el 100.
El bullicio en el café crecía. Cada sueño era más disparatado que el anterior.
—Yo soñé con agua, pero no era agua común, ¡era una ola gigante de mate cocido! —interrumpió el Beto.
—El 01 es el agua, pero ese mate cocido te dice que metas también el 11, el minero. ¡No te olvides!
Siguieron, uno por uno:
El 02, "el niño", salió por el sueño de la panadera, que había soñado que su sobrino hacía muecas.
El 03, "San Cono", llegó por culpa de Don Goyo, que soñó con la estampita de su altar volando en círculos.
El 04, "la cama", fue dictaminado cuando Lucrecia relató haber dormido en una nube de algodón de azúcar.
Y así hasta el 10, cuando don Abelardo anunció:
—Ahora hacemos un corte. Voy a buscarme un café con medialunas, porque interpretar números es una ciencia, ¿vio?
El clima se caldeaba cuando alguien gritó:
—¡Yo soñé con un elefante muerto que me leía un diario en francés! ¿Qué hago?
—¡El 48, el muerto que habla! Aunque ese elefante suena a sueño de viernes, jugalo al 88 también.
La lista siguió por horas. El 23, “el cocinero”, salió del sueño de Doña Rosa con una receta de empanadas mutantes. El 56, “la caída”, vino de Pedrito, que soñó que se caía pero aterrizaba en un colchón de billetes. Y el 69, bueno, no hizo falta ni que explicaran el sueño.
Finalmente, llegaron al 99. Nadie parecía tener un sueño que cuadrara, hasta que Abelardo, mirando al techo, dijo:
—El 99 es la lapicera. ¡Y este relato lo escribo yo!
El café estalló en risas, y aunque nadie pegó el pleno esa semana, todos coincidieron: en sueños y números, el delirio siempre es ganador.
Y Vos, LectOyente? Qué soñaste ultimamente?
Si te animás, te dejo una copia de la libreta de Don Abelardo, te fijás el número que más se arrime a tu sueño y lo compartis en los comentarios, a los que aaccedés tocando las estrellitas de "calificación" de arriba.
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Así que, mis queridos timberos, a Registrarse y enviar su número favorito y... Suerte!!!
Ariel Villar
Café Temperley
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Ariel Villar
Café Temperley
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