He visto unos cuantos videos en Youtube de gente joven, en su mayoría parejas, mostrando pueblos del interior de la Provincia de Buenos Aires, como atractivo turístico o simplemente para aprovecharlos como salidas cortas.
En su gran mayoría, si bien se agradecen las imágenes que cuentan historias por si mismas, sus conductores o presentadores carecen totalmente de una mínima capacidad para el relato, cuando menos para hilar un par de frases coherentes y una narración atractiva.
Me da mucha pena la falta total de interés por indagar un poco sobre la historia de cada lugar, para lo cual no es necesario acudir a una biblioteca especializada, ya que lo tienen literalmente en su mano, en el mismo móvil con el que filman las imágenes, con sólo preguntarle al "Sr. Google".
Claro, eso implica el trabajito de ponerse a leer un rato, buscar buenas fuentes de información y finalmente armar un relato coherente, que puede llegar a ser un cuento muy interesante con imágenes.
Qué pena me da escucharlos tan carentes de términos descriptivos, aún en medio del entorno que pretenden mostrar, tan inspirador para cualquier historia. Reiterativos, se traban cuando hablan, y su incapacidad narrativa no pocas veces impulsa a bajar el volumen del video.
Más allá del deterioro del sistema educativo de los últimos 20 años, la maravillosa tecnología de la imagen atrofió la capacidad de narrar, de contar una historia capaz de poner en marcha la imaginación de los espectadores.
Por eso sigo apostando a la esencia de la Radio, que aún con un contenido magro, bien dicho, bien contado, nos puede acompañar mientras realizamos otras actividades sin atarnos a una pantalla, ejercitando nuestra tan humana capacidad de imaginar.
Qué pena me dio, cuando para probar esto que te estoy contando, quité la vista de la pantalla y traté de imaginar las imágenes sólo con un fondo de música mal editada y peor elegida, con un set básico de no más de 200 palabras, y un relato monotonal, trabado, y casi alejado de nuestra esencia humana.
Y me quedé pensando: qué van a mostrar cuando ya no sean jóvenes y atractivos, y su experiencia de vida los encuentre colmados de cosas para decir y contar? Tal vez entonces, la tecnología los aborde de tal modo que no tenga sentido contarle a los hijos, a los nietos o a los alumnos sobre cuestiones como sus orígenes, o tal vez, ya no les interese...
Ariel Villar
NBA Productora
RadioBlog
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