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No es la edad!

  • Foto del escritor: Ariel Villar
    Ariel Villar
  • hace 7 días
  • 3 Min. de lectura
Pareja de hombre mayor y mujer joven

Versión audio:

Si lo pensamos bien, nos damos cuenta que lo de la edad es como una muletilla que tosemos mientras masticamos algo para decir en esas conversaciones que no dejan nada en el colador.


Hablamos del tiempo, de la locura del tránsito mañanero... y el "mañanero"!, que otrora nos hacía llegar al trabajo con cara de feliz cumpleaños, y que quedó en el olvido de lo cotidiano. Llevamos a los pibes al cole y aún no dejamos de festejar y agradecer por no tener que ir a laburar, y volvemos a casa con el bostezo que nos deja la lengua inquieta trapeando el sabor del mate en la boca.


Prendemos el fuego y ponemos la pava, mientras organizamos lo poco que tengamos para hacer, y las reales ganas que pesan lo suyo del otro lado de la balanza.

Y mientras nuestra eventual compañia, (si, ya se, sonó feo), pero lo de "eventual" no es porque se trate de un pasajero de corta distancia en nuestro viaje, y menos a ésta altura del recorrido atravesando un mundo que anda en un Formula 1 y nosotros con una Ecosport ("lo viejo funciona, Juan"!), sino por la eventualidad de esos momentos en que no hacemos negocio en una discusión y se transforma en nuestro enemigo, (acá si sos Centennio podés poner "literal").


Pero resulta que en ésta realidad revuelta con la virtualidad y bien condimentada con Inteligencia Artificial, todo puede pasar. Incluso que ante nuestra desganada sugerencia interdental acerca de la posibilidad de recibir la bendición de un poco de satisfacción para nuestra descuidada libido, nuestra presa nos ponga una cara mezcla de "qué decís?" a la vez que se muerde el labio inferior con gesto de "tenés un hambre!"...


Y al rato de habernos dejado un mate servido al que podíamos titular "Las Invasiones Inglesas" (agua caliente y puro palo), desde la habitación nos tira un grito que suena a catástrofe doméstica: "Gordooo! Mirá estooo!!"...

Ahí nomás subimos murmurando improperios irreproducibles y, al abrir la puerta entrecerrada, la encontramos con el disfraz de Eva y agachada como buscando un billete de 100 dólares entre las sábanas!


- Qué decías que no te escuché mientras subías?

# Nada, que cada vez me cuesta más subir las escaleras...


A ver: nadie que se precie de buen comer va a desistir de entrarle a un buen asado gratis aunque hayamos terminado de tomar mate y sean las 10 de la mañana!😁

El milagro de pasar en un segundo de la puteada a la gratitud nos hace comprender que somos humanos, y que tal como el olorcito del asado, éste tipo de situaciones también nos escurre alguna baba de la comisura, mientras no podemos evitar el ruego a nuestro "Amiguito" para que nos haga quedar bien🍌.


Lo que sigue es una canción de esas que sabemos todos, y que nos resistimos a cantar en la calle al escucharla en la Radio, tal vez por vergüenza o tal vez por miedo a que aparezca algún "gatillo fácil" de la cámara del celular y nos convierta en Reel lapidario, o de esos que andan en camionetas con lucecitas en el techo y nos lleven presos por exhibicionistas!


"La alegría no es sólo Brasilera"

A veces el Universo conspira y nos tira un huesito...🍖


Gracias por leer, escuchar y sonreír🙏


Ariel Villar

Café Temperley


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Infinitas Gracias!


Ariel Villar

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