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Motoneta sin frenos. Semblanza de una familia normal.🤐

Foto del escritor: Ariel VillarAriel Villar

…Y le dedicamos 2 días por semana a Yoga o Reiki, le damos al sahumerio y al hornillo como para intoxicar al barrio, de modo que si tenés perro ya no ladra…”pía”. Buscamos en cada “pedorrevista” artículos relacionados con la meditación, las buenas ondas, el control mental y la frecuencia adecuada, nos anotamos en cuanta conferencia, charla o debate aparezca sobre el tema, que en su mayoría terminan por embebernos en una mezcla comercial de buenas vibras y nos deja en la parada del Bondi medio confundidos y con una velita en la mano.


Todo supone haber logrado un estado de espiritualidad superior, una capacidad de observación tal que sólo genera comprensión y claridad. Pero no tanto… La hora pico y los pasajeros derritieron la velita en el bolsillo o la cartera, dejando un enchastre irrecuperable. Durante todo el viaje cada uno de los pasajeros vino jugando al “felíz estreno” pisoteándonos las zapatillas recién compradas e inmaculadamente blancas. La plantita de la abundancia que nos regaló la señora de la entrada (más pesada que collar de melones), quedó como la maraña de cables viejos que sacó el electricista del cuarto de enceres, y por tratar de acomodarla por lástima mientras caminábamos al tanteo, mandamos el pie derecho justo encima de un terrible “super-pancho marrón” abandonado por un gran danés…. Dedos índices de ambas manos a las sienes , oooommmmm de 2 segundos, inspiración profunda y el recuerdo de la abuela: “pisar mierda trae buena suerte”… (se escuchaba una motoneta en marcha).


Por fin al llegar a nuestro “refugio zen”, a nuestro “santuario sagrado”, el Toby sale al galope moviendo la enorme cola como un helicóptero, ladrando feliz y con la lengua afuera… “Quieto Toby!!! Quieto!!! Paráaaaa!!!!.” …La bolsita del mercado se rasgó y la media docena de huevos salió como repetición de mortero contra la puerta de garage. La alegría de Toby desbordaba de barro en las patas sobre la camisa blanca, y no paraba de lamer y babear. (alguien aceleraba impaciente una motoneta, como para salir picando).


No terminamos de desensillar, que aparece el nene con cara de “fue sin querer” y un adorno del living hecho puré. “Te dije que No se toca, NO SE TOCA!!! Será de Dios che!” El más grande vino con 6 amigos y se quedan a dormir, y quieren pizza. Y sin avisar, claro. Y el tarado mayor, con las patas sobre la mesita ratona de cristal, bocifera: “gorda estás yendo a Reiki? Me parece que no te hace bien…” (en eso se escucha una motoneta que entró por la puerta a toda velocidad…) “gorda me escuchaste lo que te dije?”… SI!!!!!!!! VAYANSE TODOS A LA MIERRRRDAAAA!!!


Ariel Villar

Café Temperley


Gracias por leer!


 

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