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La manipuladora profesional: el arte de mover los hilos sin que nadie lo note

  • Foto del escritor: Ariel Villar
    Ariel Villar
  • 30 mar
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 31 mar

La manipuladora profesional

Hay un tipo de mujer que no necesita gritar, exigir ni imponer nada de manera explícita. No usa la fuerza, no levanta la voz, no discute. Pero de alguna manera, sin que su entorno pueda identificar exactamente cómo sucedió, todo termina saliendo como ella quiere. Son las manipuladoras profesionales.


Se las puede encontrar en cualquier ámbito: en la pareja, en el trabajo, en la familia y, en estos tiempos, en las redes sociales. Su habilidad radica en manejar el ego ajeno con una precisión quirúrgica, logrando que los demás hagan lo que ella desea, creyendo que fue idea propia.


Es el arte del control sin confrontación directa. Y, lo peor de todo, es que cuando querés reaccionar, ya estás atrapado.


La psicología de la manipuladora: una IA emocional con código oscuro


La manipuladora profesional es como una inteligencia artificial emocionalmente avanzada, programada para detectar tus puntos débiles y explotarlos con sutileza.


Nunca te va a decir que estás equivocado de forma abierta, pero sutilmente te va conduciendo a sus conceptos. Su discurso siempre está envuelto en una capa de dulzura, comprensión y falsa vulnerabilidad, como un virus troyano disfrazado de actualización de sistema.


Usa técnicas psicológicas efectivas como:


  • Refuerzo intermitente: te premia con afecto o validación sólo cuando has actuado según su conveniencia, generando adicción emocional.


  • Gaslighting: hace que dudes de tu percepción de la realidad con frases como: "Ay, pero eso nunca lo dije", "No te pongas así, lo interpretaste mal".


  • Victimismo estratégico: cuando siente que pierde control, se posiciona como víctima de una injusticia para que el otro se sienta culpable y compense.


  • Elogios envenenados: "Me encanta que seas tan ingenuo, eso te hace adorable".


  • Desgaste progresivo: al principio todo es dulzura, pero poco a poco te va drenando la energía hasta que dudás hasta de lo que sentís.


Te sirvo un cafecito mientras leés?


Ejemplos de su modus operandi


1. En la pareja

  • Amor, quería hablar con vos de algo importante... Siento que ya no salimos tanto como antes.

  • Pero si el fin de semana pasado fuimos a cenar y ayer fuimos al cine.

  • Sí, pero lo propusiste vos, no fue algo que me naciera a mí. Y yo necesito sentir que me extrañás, que lo hacés por mí...

  • Bueno, organizamos algo este sábado entonces.

  • Uy no... el sábado ya quedé con mis amigas... pero el viernes capaz tengo un rato, si te organizás bien...

Traducción: te hace sentir culpable por algo que no hiciste mal, te hace creer que el problema sos vos y, al final, terminás haciendo lo que ella quería, sintiéndote afortunado de que "te dé un rato".


2. En el trabajo

  • Juan, mirá, no quiero incomodarte ni meterte presión, pero si podés adelantarme el informe para mañana, te estaría eternamente agradecida.

  • ¿Para mañana? Pero no era para el viernes?

  • Sí, claro, pero bueno... entiendo si no podés, no quiero ponerte en un compromiso. Aunque me habría encantado mencionarte en la presentación como alguien en quien siempre puedo confiar...

Traducción: te exprime haciéndote sentir indispensable, con la zanahoria de un reconocimiento que nunca llega. Y cuando te das cuenta, ya le resolviste el problema sin que ella moviera un dedo.


3. En redes sociales Publica: "Nada más triste que esforzarte por alguien y darte cuenta de que nunca significaste nada para él..."

Alguien le comenta: "¿Estás bien? ¿Te pasó algo?" Ella responde: "No te preocupes, ya aprendí la lección."

Traducción: no da nombres, pero genera intriga y culpa en sus víctimas. Siempre deja la puerta abierta para que alguien le ruegue que cuente su versión. Y así, sigue alimentando su narrativa de mártir.


El cierre: cómo reconocerla y alejarse antes de que sea tarde


Si estuviste leyendo esto y te sonó familiar, cuidado. La manipuladora profesional no te somete con la fuerza, sino con la duda, la culpa y la ilusoria sensación de ser especial para ella.


La única forma de salir de su red es ver la trampa y actuar con claridad: no discutir, no justificarte, no caer en su juego de emociones a medida. Simplemente decir "No, gracias" y seguir adelante.


Porque, a diferencia de una IA, la manipuladora profesional sí necesita de tu validación para existir. Y el día que se la negás, su sistema colapsa.


Es ahí cuando vas a ver su verdadera cara: la de alguien que nunca sintió nada real, más allá de su necesidad de control.


Ariel Villar

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Ariel Villar

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