Jubilación, las pelotas!

Hace poco alguien me tiró la típica:

—Che, ¿por qué no te dedicás a disfrutar la vida en vez de seguir metiéndote en quilombos con proyectos nuevos?

Y la respuesta me sale automática, la misma que daba cuando laburaba en el banco y me preguntaban:

—¿Qué vas a hacer cuando te jubilés?

El plan sin plan

Ser dueño de todo el tiempo que me quede para hacer lo que me pinte:

- Viajar todo lo que la guita me permita, pero no como turista, sino como viajero. Conocer lugares nuevos pero también a su gente, sus costumbres, su filosofía de vida y sobre todo algo que siempre me llamó la atención de esos sitios que aparecen después de un buen rato de andar un camino de tierra por el medio del campo y sin ninguna virtud natural que pueda justificar algún emprendimiento relacionado con el turismo, como un río, una laguna, una montaña o al menos una estación de tren arreglegladita y bien mantenida como para la foto, gracias a la mano nostálgica de su morador, ex jefe de estación, o de su descendencia, o alguna asociada desterrada y después afincada producto de la querencia de una noche de verano.

Pero, Qué los retiene en esos lugares?

Puedo intentar adivinar: un empleo de peón en un campo, la necesidad del contacto con la naturaleza casi virgen, o volverse invisible a un pasado turbio.

Y lo mejor es que pude hacerlo y aún mejor, en muchos casos pude encontrar algunas respuestas en el relato de historias de boca de los propios lugareños. Hablando con el viejo que sigue barriendo la vereda de un almacén que ya cerró hace veinte años y escuchando historias que no están en Google ni en TikTok.

- Hacer Radio para un sólo oyente, que capáz llegan a ser muchos, pero yo siempre le voy a hablar a esa persona que va manejando o en el bondi llendo a laburar con los auriculares atornillados a la cabeza para que el ruido cotidiano no le viole los oídos y los pensamientos. Acompañándolo con música y un par de frases. Porque todo el resto de la info la tiene en el celu, viste?

Y acá estamos, absolutamente convencido de estar en el momento y el lugar correcto y en ningún otro sitio, gracias a mis propias decisiones tomadas a lo largo de toda mi vida. Así que, si lo disfruto es buen momento para agradecer, y si no me gusta, a aceptarlo, a joderse y veré qué puedo cambiar.

Claro, el pandemiázo claustrofóbico sumado a la negación absoluta de convertirme en un viejo pelotudo, desbarrancado y vomitador escleroso en cuanta reunión se cruce, con eso de que "todo tiempo pasado fue mejor", más allá de la imagen incorregible hasta por la mismísima IA, que me despierta con un sopapo cada mañana en el espejo del baño, producto lógico de una vida movidita y sin privarme de nada peeeero..., sin acceso a tratamientos "metrosexuales" (que palabrota antigua!) y sin un Gym lleno de egos desmadrados en grandes espejos rotos que me asusta más que el mismísimo cuco, es que me propuse abusarme de la parte más descartada de la tecnología y a la vez a aprender todo lo necesario para crear un sitio como éste (Café Temperley, claro!) que, junto a mi propia Radio on Demand en formato de aquella vieja FM que hoy sólo sobrevive en manos de un par de grupos económicos mientras se mienten ellos mismos con las "mediciones de audiencia" prepagas de Ibope para cotizar publicidades cada vez más baratas y dirigidas para un nicho de oyentes cada vez más reducido y de un promedio de edad que no baja de los 55 años (y, se van llendo, viste?), a los que les ofrecen regalos como vouchers para una cena para 2 personas, una valija con 100 lucas (lo que pagué por la atención veterinaria y medicamentos para mi perra Corina por un sarpullido que le hace caer el pelo, si, cagáte de risa), mientras los sueldos de los pocos Locutores con Carnet que cobran cada vez menos de acuerdo a los cuadros tarifarios establecidos y con suerte sumando alguna changa PNT (publicidad no tradicional) si los dejan, lo que al menos los hace pensar en el tiempo y dinero que invirtieron para entrenar sus voces y sumar herramientas intelectuales que les permitan tirar frases coherentes o chivos en 15 segundos sin repetir, sin soplar, sin respirar y sin leer.

La radio no murió, la mataron

La radio era el fuego en la cueva. Nos juntaba. Nos contaba historias. Nos hacía compañía sin pedirnos nada a cambio. Hasta que llegaron los gerentes de programación con sus focus groups y sus planillas de Excel a convertirla en un chivo eterno.

Ibope, ese dios de papel que nunca nadie vio, empezó a decidir quién vivía y quién moría. Y así se fueron los grandes locutores, los tipos con oficio, reemplazados por muñecos que gritan en una cabina como si estuvieran vendiendo ollas Essen en la Feria del Sol.

El Streaming se acomodó en YouTube después de rajar del velorio de Twitch y convertido en la nueva TV on demand, sumando recursos importantes de tecnología y grupos de producción cada vez más grandes para mostrar, en el mejor de los casos, alguna entrevista de 20 minutos a algún personaje interesante interpelado por un pseudo-periodista al que no le da el piné ni para conductor "libreteado", o "contenidos?" pedorros que se vuelven tan virales como consumidores de basura existan, y que duran lo que un pedo en un canasto de mimbre al viento.

Mirando desde la ventana del bar

La realidad es que la gente solo busca dopamina para obtener instantes de placer cada vez más breves y más fulminantes de cabezas que el fentanilo, sin importarle si lo que ven es verdad o no, si salió de la boca de algún influencer, si hay filtros, IA generativa o meta-hunanos que no existen, y que tristemente todo ésto se utiliza para formar opinólogos.

Pero éste es el Nuevo Mundo, che!

Hoy es inviable imaginar un mundo sin hiper-conexión en el que la mayoría de los 10 dedos de todas sus manos sólo saben hacer "slide" en una pantallita y rascarse el culo cuando les pica, producto del sarpullido causado por la mala circulación por vivir sentados.

Para los más jóvenes, un océano de ansiedades y frustraciones producto de algún comentario en Tik-Tok, Instagram o algún grupete de WhatsApp, que arroja la triste cifra de 4 suicidios por día en el mundo, de pibes ni si quiera escuchados por sus inefables y quemados padres.

Pero no todo es mierda.

Sabiendo observar con una mirada de anticipación a lo que viene, ésta realidad les ofrece infinitas e inimaginadas posibilidades de éxito y realización personal. Ellos vinieron con el chip del aprendizaje auto-didacta, al que después por supuesto aprovechan los oportunistas para venderles todo tipo de cursos on line. Pero es parte del combo, y capáz también una buena veta que, si en lugar de copiar y pegar como ahora, se adapta a los cambios, también puede ser una opción sostenible para ellos.

Guarda con los oficios tradicionales!

Plomeros, gasistas, pintores, mecánicos, albañiles, también se van aggiornando al Nuevo Circo y se capacitan para utilizar nuevas tecnologías y materiales, lo que los convierte en verdaderos "Traders" de sus oficios, subcontratando y capacitando nueva mano de obra especializada, al punto de cobrarte la consulta y el presupuesto para cambiarte el cuerito de una canilla sin mover una herramienta. Seguro! Vos no sabés un carajo y el tiempo de ellos también vale.

Cumpliendo años y sueños

Con los agradecidos 65 acomodándose en el asiento de al lado de éste vagón clase turista de los nacidos en el viejo mundo analógico pero ávidos aprendices digitales y conectados, me animé a darle espacio a mi gusto por escribir, tal vez consciente de que ya no tengo nada agradable para mostrar y una agradecida voz que vino con el equipamiento de fábrica, a la que ya se le empieza a notar el paso del tiempo.

Logrado! Con sólo un celular, hoy de gama "triste", una compu medio pelo vieja pero noble y una conexión a internet, las métricas me sorprenden con más de 3.000 visitas mensuales a "Café Temperley", que no es un número que le haga temblar el culo a Google, pero es suficiente para saber que hay gente que sigue buscando algo más que reels de un pibe bailando en pijama.

Qué sigue?

A ver: con suerte si amanezco mañana, voy a seguir escribiendo, seleccionado música para seguir agregando tracks nuevos para que puedas seguir descargando gratis, y con algo de suerte, oportunidad y no poca dedicación, encontraré auspiciantes que entiendan que hay un nicho de gente de 45 a 65 años que no están muertos ni planean morirse en vida, a lo que sólo les muestran avisos de pañales para la tercera edad, farmacias con delivery y salidas para jubiletes.

Y mientras vamos viendo y desafiando al stablishment social que prácticamente nos impone la idea del trabajo en equipo como condición excluyente para el éxito, sigo apostando al trabajo unipersonal y demostrando que con mucha dedicación, muchas ganas de hacer y de aprender, y con creatividad, también se puede, siempre teniendo muy claro el concepto que tengámos de "éxito", y lo que queremos lograr.

Porque al final, la jubilación, el calendario y el reloj son inventos para los que nunca supieron qué carajo hacer con su tiempo.

Yo, por suerte, no tengo ese problema.

Ariel Villar

Café Temperley

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Ariel Villar

Café Temperley

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