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Cómo hackear la realidad

  • 15 feb
  • 4 Min. de lectura
Cómo hackear la realidad


Dicen que la realidad es lo que es. Que las cosas pasan porque sí, que la suerte, la genética o el destino nos juegan a favor o en contra, y que hay que aceptar lo que venga. Pero ¿y si eso fuera un verso? ¿Y si la realidad no fuera más que un reflejo de lo que pensamos, sentimos y, sobre todo, de lo que hacemos sin darnos cuenta?


Nos metemos en este quilombo porque sabemos que hay otra forma de vivir, y porque ya estamos grandes para andar tragándonos cuentos de que las cosas “son como son”. Vamos a hablar de algo que suena esotérico, pero que en realidad tiene una lógica tan aplastante que da miedo: crear nuestra propia realidad. 

Y lo vamos a hacer con herramientas que combinan la biodescodificación, la bioneuroemoción y un método que tiene nombre de manual de Hogwarts: Los 11 pasos de la magia, de José Luis Parise.


Si te suena chamuyo, quedate un rato más. Si lo entendés, capaz te cambia la vida.


Nuestra mente es un quilombo (y no nos damos cuenta)


Lo primero que hay que aceptar es que nuestra mente es un caos. No estamos programados para la claridad, sino para la supervivencia. Pensamos en automático, repetimos frases que escuchamos de chicos, tomamos decisiones por miedo, hablamos sin darnos cuenta de lo que decretamos.


Por ejemplo, cuando alguien dice:


  • “Mañana voy a salir a buscar trabajo.”

Listo, ya está jugado: vas a buscar, pero no vas a encontrar nada.

En cambio, si decís:

  • “Mañana salgo y encuentro el mejor trabajo.”


Es otro mambo. Porque la mente, que funciona como un GPS, ya no se enfoca en la búsqueda sino en el hallazgo. Parece una pavada, pero no lo es. Es lo mismo que cuando decís “me quiero sanar” y te mantenés en la idea de enfermedad, en vez de decir “estoy sano”.


Las casualidades bullen a la vuelta de cada esquina, pero si no estamos atentos, las dejamos pasar. Pensamos que todo es azar y no vemos que cada cosa que nos pasa encaja en un entramado donde el universo nos está guiando. La clave es aprender a darnos cuenta.


Cómo hackear la realidad

El cuerpo nos grita lo que no queremos escuchar


Imaginate esto: un tipo de 50 años, gerente de una empresa, labura 14 horas por día, vive a mate y café, y hace meses que tiene un dolor en el pecho. “Debe ser estrés”, dice mientras sigue mandando mails a las 3 de la mañana. Hasta que un día le diagnostican un cáncer de pulmón avanzado. ¿Mala suerte? ¿Genética?


Para la medicina tradicional, sí. Pero la biodescodificación y la bioneuroemoción dicen otra cosa:


las enfermedades no aparecen porque sí, sino porque son el mensaje de algo no resuelto en nuestra historia familiar, en nuestras emociones o en nuestro inconsciente.


El tipo del ejemplo no fumaba, pero su viejo sí. Y su abuelo también. Ambos murieron jóvenes y, casualmente, con conflictos sin cerrar con sus hijos. Ahora el tipo, sin fumar un solo pucho, desarrolla lo mismo.


¿Casualidad o repetición de una historia que quedó programada en su inconsciente?


Cuando alguien se anima a bucear en esas historias y a cambiar la forma en que vive y siente, los milagros aparecen.

Como la mina de 42 años con esclerosis múltiple que, después de soltar una culpa que ni sabía que cargaba, dejó la silla de ruedas. O el pibe con alergias crónicas que, cuando entendió que su familia lo sofocaba con sus miedos, dejó de tener ataques asmáticos.


Si la biología grita, mejor escuchar.



Los 11 pasos de la magia (sin túnica, pero con cabeza fría)


José Luis Parise estudió por años cómo los chamanes y grandes mentes de la historia creaban su realidad. Y encontró un patrón que se repite siempre. Acá van algunos de los pasos clave:


  1. Nuestra mente nos miente. Pensamos que tenemos el control, pero en realidad repetimos patrones sin darnos cuenta. El primer paso es observarse.


  2. Las palabras crean realidades. Decir “estoy podrido de mi laburo” es programarte para enfermarte. Decir “estoy buscando algo mejor” es ponerte en movimiento.


  3. No alcanza con pedir. Hay que actuar en consecuencia. Si decís que querés pareja pero seguís llorando por tu ex, no pediste nada, solo te quejaste. La clave es "ordenar" como cuando le pedís al mozo una milanesa con fritas.


  4. Las oportunidades ya están ahí. No hay que esperar señales del cielo, sino aprender a verlas.


  5. Nada cambia afuera si no cambiamos adentro. O sea, si repetís lo mismo, obtenés lo mismo.


  6. El universo responde a lo que sentís, no a lo que decís. No sirve decir “quiero ganar más plata” si en el fondo sentís que el dinero es sucio o que la gente con plata es mala, o menteniendo sueños de pobre para que se adapten a tu realidad.


  7. Toda realidad tiene un precio. ¿Querés salud, amor, dinero? Ok, tenés que desear buena salud a los demás, dar amor y dar dinero (aunque sea un billete de 100 en un semáforo, en lugar de cerrar la ventanilla. Hay que soltar lo que te mantiene en lo contrario.


El resto de los pasos los podés buscar, pero el concepto es claro:


la magia no es hacer desaparecer un conejo, es dejar de hacerte el boludo con lo que repetís sin darte cuenta.


La última línea la escribís vos


La pregunta que queda en el aire es: ¿vas a seguir creyendo que la realidad es algo que te pasa o vas a empezar a diseñarla?


Podés arrancar con algo chico. Cambiar una frase, una actitud, un pensamiento. Podés empezar a observarte cuando te quejás, cuando te victimizás, cuando decís “esto es imposible”, "no entiendo".

Porque si hay algo que quedó claro en todos los casos de sanaciones, cambios y milagros que vimos es que lo imposible es solo lo que todavía no te animaste a cambiar.


Y ahora, decime: ¿qué vas a crear hoy?


Ariel Villar

Café Temperley


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Ariel Villar

Café Temperley



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