De quién es el Tiempo? Muchas veces festejé poder "ser dueño de todo el tiempo que me quede". Pero si lo pienso un poco, si fuera "dueño" de mi tiempo podría hacer con Él lo que quisiera: detenerlo por ejemplo. O viajar en Él, al pasado o al futuro. Pero la capacidad para hacerlo aún no está a mi alcance.
Entonces, si no lo puedo detener ni avanzar o retroceder, no puedo decir que me pertenece.
Sobre lo que si tengo poder es sobre la calidad de vida que puedo disfrutar o sufrir durante mi paso por éste plano de existencia. Calidad espiritual, no material, porque ésta última va a depender de factores que no siempre controlamos.
Lo que si puedo controlar son mis decisiones, pero siempre consciente que cada una de ellas tiene un precio muy alto que no es en dinero, sino en tiempo. Y si el tiempo no es mío, cada decisión que tome se va a convertir en una deuda a pagar que en algún momento me va a obligar a meter la mano en un bolsillo vacío y sin fondo.
Por eso siempre decido con el corazón. Porque mi mente es tan limitada que sólo se fija en el costo de la consecuencia de esa decision, que cree tener el tiempo suficiente para pagarlo.
El problema es que la mente es lenta para decidir, y el tiempo es implacable como un taxi: cobra el tiempo de espera, el que curiosamente tampoco le pertenece.
Ésto demuestra que el Tiempo es el primer invento macabro del ser humano para dominar, el negocio que no requiere más inversión que cobrar por el tiempo ajeno, haciéndonos vulnerables ante algo que no existe en ningún lugar del Universo más que en ésta bolita azul llena de gente vacía de pensamientos...
Ariel Villar
RadioBlog
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