Amor de pareja. Lo viviste, lo esquivaste, o tal vez esté en la puerta y no sabes si abrir o no.
Pero, de qué hablamos? Tratemos de definir aunque no estemos del todo de acuerdo, para partir de una base común.
Amor Libre? Siempre. Si no es Libre no es amor, es otra cosa: propiedad, dependencia, competencia, obsesión, o cualquier otra cosa que se pueda justificar "por amor".
También convengamos que empieza siempre por el mismo lado: la atracción, esa cuestión de piel que eriza los pelos de la nuca y nos activa todos los circuitos de la libido. Cómo la comida, que primero entra por los ojos. Si probamos y queremos más, nos referimos a lo mismo. Mayormente le decimos enamoramiento, que vendría a ser el primer escalón de la pasión, y tal vez un largo camino para recorrer, experimentar y disfrutar.
Pero el tiempo tiene esa jodida costumbre de aplanar terrenos, apagar fuegos, si tenemos la suerte de un buen clima y una rutina blanda en lugar de una inesperada tormenta, de engrisar colores, eligiendo siempre el "modo seguro", ese que nos hace llegar al destino buscado por autopista sin aventurarnos por caminos diferentes. Costumbre que le dicen, o que rotulamos con el lapidario nombre de "rutina".
Y la consecuencia casi inevitable de no tomar conciencia de ella es la apertura o disposición a cualquier "evento" que nos obligue a tomar el camino de la aventura, justificándolo como la única opción. Claro que hay otra, pero es más laboriosa, si la comparamos con la paja de un cómodo ambiente rutinario dónde todo está servido con tan solo una seña, como cuando pedimos un cortado.
A este momento podemos definirlo como "construcción". "El amor se construye" dice el acervo popular, pero particularmente no me cierra porque "construir" suena a trabajar, y si el amor da trabajo no sirve. Prefiero hablar de "Crear". Algo así como una obra de arte, un cuadro por caso, al que siempre nos parece que le falta algo, un toque de color o de concepto. Entonces lo modificamos, le agregamos un toque de color, un detalle particular, o incluso sobre la misma idea original, que vendría a ser aquella primera pasión, empezamos a pintar el bosquejo de la segunda temporada, actualizada de tal modo que nos siga encendiendo la curiosidad y a la vez, nos quede como un guante.
La Obra terminada es el otro extremo. Cuando consideramos al amor de pareja como una obra de arte terminada, es porque ya no queda nada por retocar, por mejorar, y aunque no nos guste, tenemos que reconocer que es el principio del fin, o el principio de una relación cómodamente opaca y sin emociones fuertes. Nos pueden gustar mucho las milanesas, pero si es lo único que comes todos los días, comes cada vez menos hasta que te pasan un plato de fideos con manteca por delante y lo manoteás sin dudar. Tranki, sin culpa, que es natural y lógico.
Vuelvo a la primer definición porque seguro más de uno nos quedamos masticando esto de "Amor Libre", asociándolo inevitablemente con la idea de sexo libre y su pesado remolque conocido como "fidelidad". De nuevo: necesariamente a definir para poder continuar. Más allá de la comunidad swinger con la que podemos o no estar de acuerdo, hay un ejemplo mucho más cercano a las parejas que se consideran "normales" (adjetivo realmente gracioso para el caso), y hasta cruel. Veamos:
Supongamos una pareja feliz, plena en todo sentido, que por un accidente o infortunio, uno de los dos queda condenado de por vida a una silla de ruedas. Entonces el otro, por "fidelidad" decide no caminar más. Más allá de la incoherencia del ejemplo y a la vez con una carga de romanticismo rayando la idiotez, pensemos en la enorme culpa que va a tener que cargar el accidentado, además de su difícil condición física, cuando el otro lo que tiene que hacer es caminar más que nunca, para moverse por si mismo y para mover al otro.
Ok. Afilemos el cuchillo un poco más. Pareja perfecta con 10 o más años de edad de diferencia. A los 40 de una parte, los 50 de la otra los siguen sin problema. Incluso a los 60 de una, los 50 de la otra parte cumplen muy bien su papel.
Pero el tiempo sigue corriendo y las diferencias se empiezan a sentir, de a poco, justificadas por alguna nana pasajera o lo que sea. Pero el momento llega. Y esto le sucede al hombre, a la mujer, al hetero, al homo, al bisexual, a todos. Más allá de los agradecidos recursos farmacológicos con los que se pueda contar, como encajamos el concepto de "fidelidad" en este hipotético y a la vez tan posible caso? El más joven tiene que abdicar a su deseo sexual, tanto como dejar de caminar en el ejemplo anterior?
La respuesta es única y personal. Pero al menos ya tenemos un poco más claro que la "fidelidad" no es tan un "compromiso" como parece o como nos enseñaron, desdibujada con su opuesto, la "infidelidad", que bajo la lupa más terrenal hablamos de un deseo, un impulso casi animal, y su condena social es tan aberrante como cortarle las orejas y la cola a un Doberman por una cuestión estética.
Suponiendo que tengamos un punto de partida común en esto del "Amor Libre", tenemos que seguir pintando nuestra obra de arte, retocándola, renovándola. Y si estos tantos no fueron aclarados en tiempos pasionales parejos y cargados de creatividad y curiosidad, llega el momento de la "negociación". Y seguramente estás pensando en esto de: "el amor no se negocia!". Muy romántica la frase pero nunca más alejada de la realidad, y más común de lo que aceptamos, utilizada para justificar la decisión de una ruptura planeada a la que le faltaba el detonante.
Y la negociación más difícil no es con el otro, sino con uno mismo. Porque negociar no es aceptar lo inevitable, como si el hecho de no aceptarlo pudiera cambiarnos la genética, sino realmente analizar con la frialdad de la mente y a la vez con la calidez del amor, lo que vamos a recibir a cambio de lo que cedemos. Seguro te están lloviendo cataratas de términos como: "principios", "dignidad", y otros tantos. Ves que es la negociación más difícil? Porque se trata de TUS principios, TU dignidad, no los del otro.
Cerrando la entrada y tal vez abriendo algunos ojos, acordada la negociación vamos a estar en condiciones de explorar un tipo de Amor nuevo, tan intrigante y desconocido como aquel de años atrás, de los tiempos de amantes, con la verdad impregnada en la misma piel, o tal vez, en condiciones de tomar aquella decisión que venimos postergando tal vez por años.
El resto va a ser la historia personal de cada uno.
Duro? Jeje!, No sabes lo que se viene! Esto recién empieza.
Ariel Villar
NBA Productora
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