Tema jodido si los hay, tanto para hablar como escribir, ya que cualquiera de éstas incursiones por inocente o bromista que parezca, nos vuelve acreedores a una larga lista de rótulos descalificantes y hasta peyorativos.
Y hace mucho tiempo que vengo dando vueltas con ésto de escribir y publicar una mirada distinta sobre las "witchcraft", "brujerías", por si sos hombre y para ahorrarte Googlear en el traductor.
Pero siempre sentía que me faltaban datos como para darle un perfil que tienda a algo "serio", lo que no implica ninguna prueba científica, común denominador en toda ciencia ocultista. Consciente de ello pero siempre con la careta de la ingenuidad y hasta con el rótulo de agnóstico pegado en la frente, decidí internarme en el intrincado mundo de las brujas modernas y actuales, corriendo el riesgo de convertirme en carne de sus cañones, pero a cambio de una cómoda vida llena de atenciones y servicios, bajo el siempre cuestionable rótulo de Amor.
Así pues, estimado lector, otrora víctima inconsciente de sus fechorías, y considerada lectora, señalada como la fuente de toda duda acerca de esas situaciones incómodas que solemos nombrar como "Cosa e Mandinga", aquí va mi mirada sobre las brujerías de uso diario desde la propia experiencia de algunas relaciones de pareja.
Brujas y hogueras.
La ignorancia, el miedo y hasta la mismísima Inquisición encasillaban bajo el mote de brujos a todo aquel que osara estudiar o practicar cualquier ciencia desconocida y por tanto, a causa de la conveniente ignorancia popular, incomprensible, actitud que aún hoy en plena era de la Inteligencia Artificial subsiste.
Pero por entonces y bajo el terror a lo desconocido daban rienda suelta a sus instintos humanos más aberrantes, como quemarlos vivos en una hoguera.
Y lo estadísticamente curioso es que, según la historia, fueron muchas más las brujas perseguidas que los brujos. Por muy poco el propio Miguel Angel zafó de su peor suerte gracias a qué pudo ir demostrando sus estudios mediante viejos conceptos científicos.
Pero las féminas difamadas con feas y grandes narices y montando escobas voladoras no corrieron la misma suerte. Fue tal vez entonces que decidieron establecer su cofradía secreta por protección, y a la vez como factor sorpresa, en su infinita búsqueda de poder que, aunque cueste creerlo, persiste hasta nuestros días.
La tenés adentro y duerme en tu cama.
Amas de casa, profesionales, empresarias, docentes, emprendedoras, científicas, políticas, y hasta médicas, fueron en su juventud aprendices de las brujerías más comunes y básicas, a las que curiosamente ningún masculino tiene acceso. Si no, fijáte si conocés algún hombre hetero que sepa curar el empacho de palabra o la culebrilla. Un clásico femenino por excelencia.
Los contados con los dedos de una mano intronizados en vida gracias a sus poderes, en su gran mayoría terminan sus aventuras como "mano-chantas" al mejor estilo Olmedo y la Bebota.
Pero la cofradía de las bombachas color rosa del 24 de Diciembre y la ingesta indigesta de las 12 pasas de uva, supo comprender la importancia del secretismo como factor vital de supervivencia.
Si, ya sé, a ésta altura del relato corro el riesgo de caer dentro de los incontables ejemplos para definir la superchería, pero me atrevo a poner en riesgo mi modesta reputación de "cuasi-normal" con algunos ejemplos de la vida en pareja.
Detalles que no mirás.
Algunos que podrías considerar como normales en el diario trajín de la vida conyugal o convivencia, y otros rayando actitudes casi asquerosas e innecesarias. Veamos:
- La vieja excusa de evitar que se obstruya la descarga del lavarropas sigue siendo efectiva para justificar la regla número 1 de toda aprendiz de bruja: revisar los bolsillos de toda la familia de la ropa para lavar.
- Habiendo desarrollado una resistencia destacable cambiando pañales fétidos, no son minoría las que antes de cerrar la bolsa de la basura la revuelven minuciosamente como buscando pepitas de oro.
- No menos destacables, las que suben al auto del lado del acompañante, y antes que termine el viaje y con cualquier excusa, abren la guantera. Un dato poco relacionable pero común: siempre cierran mal la puerta o le dan como para hacerla giratoria.
- Llegás a casa después de tu largo día de trabajo y, aún siendo mecánico, el beso de bienvenida siempre viene acompañado de una sutil y breve inspiración, como cuando tu perra te huele ni bien entrás.
- Si no es tu consorte la que cura empacho, mal de ojo, migraña y otras boludeces incómodas, fijáte que siempre tiene una amiga, pariente o vecina a la mano a quien recurrir, sobre todo cuando de vos se trata. "La unión hace la fuerza"! Date cuenta! Porque en ese recitado murmurado entre dientes o mentalmente, viene incluida toda la batería de cocina para dejarte listo para el banquete.
Claro, a ésta altura debés estar convencido de que creo en el poder de las brujas. Nada más lejos. Pero justamente es ahí, en tu propio miedo inconsciente, plantado y cuidadosamente regado a diario, donde radica su falso poder. A ver: te toca la frente, murmura las pelotudeces del caso, te dice que vas a sentirte bien en un ratito y te da una aspirina para que se te pase más rápido, tipo que creés que estás tomando una aspirina con turbo. Te suena? Probá con esto: no le digas nada y claváte un Migral. Parece magia! En 20 minutos te pasás todos sus supuestos dones por el quinto forro de las pelotas.
Niveles Avanzados
Archisabido que a cualquier ser humano se lo domina por el miedo, conciente o no. Pero puede tocarte un temerario que se le pare de manos hasta a la mismísima muerte. Pero aún éste tipo de engendros tiene su Talón de Aquiles. Clavále una culpa y le cagás la vida. Es como atarle los piolines en manos y pies y queda convertido en una estúpida marioneta. Y a la que maneja los piolines se la conoce como "Manipuladora". (Fuerte, no?)
Ok. El Arte de la manipulación.
Varios fueron mis intentos para definir la manipulación. Pero en virtud a su escasa demostrabilidad científica, me cierra mucho más hacerlo desde una mirada ocultista.
Ocultista, que viene de "ocultar", las verdaderas intenciones de quienes hacen de la manipulación un verdadero arte.
Es justamente el arte de conducir el sentimiento de culpa ajeno hacia donde más le convenga a la persona manipuladora.
Y no por casualidad éste grupo de personas es en su mayoría, del sexo femenino. Y digo exclusivamente femenino porque incluso los más avezados "trans" terminan expuestos en su intención traicionados por su parte genética masculina. Dicho de manera sencilla: su hombre natural se defiende y termina reconociendo que su ocasional víctima es un par de su especie.
Concepto archi-gastado: aún sabiéndote dueño de la verdad, terminás sintiéndote culpable e incluso pidiendo unas maquilladas disculpas, generalmente para dar por finalizada una batalla para la que no estás capacitado ni dispuesto a sostener en el tiempo y, además, porque no te conviene.
Las brujas en cambio, son entrenadas desde muy pequeñas a matar o morir. Basta con que pongamos atención en los juegos de niños cuando hay juguetes en disputa. Quién termina, llanto y escándalo por medio, quedándose con el botín? Ella! Sin excepción.
Porque aún persiste en el acervo cultural ésto de que "sos un hombrecito y ella una dama!", muy vigente aún en éstos tiempos de diversidad de género e igualdad de sexos. Igualdad las pelotas!
La Astróloga, la carta natal y otras yerbas
A ésta altura del relato y si sos mujer, tal vez tengas ganas de pasar dedo y seguir boludeando en las redes, pero conocedor de una de tus debilidades, la curiosidad, es posible que sigas leyendo.
Ok. Si hay un título nobiliario y enaltecedor para consultar a la bruja amiga, es decir que van a hacerse la carta natal con una reconocida Astróloga. Reconocimiento dudoso más acomodado a una tarifa accesible y a la necesidad de aumentar el poder de la manipulación en base a un supuesto conocimiento de hechos futuros de ante-mano que otra cosa.
Todo suma a la hora de propinar respuestas casi incoherentes en medio de una discusión trivial (más bien "tribal"), en la que la posición automática de víctima es victoria segura. Y claro, Vos que sos un verdadero aficionado a la pesca vas y mordés el anzuelo con la lombriz más podrida de la bolsa, porque te tienen "a garchi-dieta" desde hace 10 días. Y ese es justo el momento en el que te convertís en un pelotudo esclavo de una entre-pierna mágica que ya ni siquiera cotiza enfundada en una calza come-trapo. Mil disculpas por la sinceridad, congénere.
Conclusión parcial.
Cómo habrás visto y aún cargando el vergonzoso sentimiento de "looser", probar que la magia existe es complicado y tal vez más una cuestión de fe, como las mismísimas religiones. Y aún aferrándote al dicho: "Las brujas no existen, pero que las hay, las hay", podés estar bien seguro que tenés una en tu casa, o que en algún momento te vas a cruzar con una.
Qué cómo evitarlas?
No es fácil. Ni aún siendo feo o lastimosamente dotado por la madre naturaleza. Pero a no desesperar: siendo pobre, sin estabilidad laboral, sin un proyecto a futuro cuyos frutos económicos se puedan compartir, sin techo propio ni posibilidad de alquilar algo digno y siendo tan frío como el Perito Moreno, tenés grandes posibilidades que ellas, las brujas, no te tengan en cuenta.
Qué desde donde te lo digo?
Mirá: soy jubilado, ya probé casi todo, soy dueño de todo el tiempo que me quede, al menos para pensar, y a Dios Gracias tengo moto, con acelerador y sin reversa.
Y sabélo: la soledad no es una opción, ni una consecuencia.
Es un lujo que pocos nos podemos dar.
Gracias por tu tiempo de lectura!
Ariel Villar
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