Hemos leído o escuchado mil veces acerca de la sobreprotección de Mamá, especialmente ejercida sobre el hijo varón. La justificación del mimo es una hermosa forma de demostrar amor y atención, sobre todo en la etapa de la primera adolescencia, siempre preferible a una madre ausente cualquiera sea el motivo.
Pero como todo adolescente el muchacho se rige por la ley del menor esfuerzo hacia todo lo que no le interesa o no le gusta, lo que "les da paja" según ellos.
Y claro, Mami de un día para el otro se da cuenta que su amado parvulin la supera por una cabeza en altura y hasta un par de veces en kilos, que ya no puede alzarlo en brazos y que para abrazarlo necesita estirarse como "El Hombre Elástico".
Toma conciencia que el tiempo pasa al ver los pliegues al borde de sus ojos en el espejo del baño, pero se deja convencer por el ego subyacente de que, si el nene no crece yo no envejezco y sigo teniendo el control. Cuidado con ésto!.
En plena revolución hormonal los jóvenes necesitan acostumbrarse a desarrollar ciertas costumbres aunque lógicamente no sean de su agrado, impuesras en carácter de obligaciones y premiadas o reconocidas cediendo a algunas de sus exigencias. Por caso cumplir con el horario escolar y sus requerimientos de estudio, levantarse y hacerse la cama, limpiar y ordenar su cuarto regularmente, levantar y lavar su plato y cubiertos después de cada comida, cuestiones tan irrenunciables como su aseo e higiene personal.
Éstas son las primeras pautas básicas que se convierten en los sólidos cimientos sobre los que van a construir su personalidad con la que seguramente van a lograr sus metas con una inserción destacada en ésta sociedad de valores tan retorcidos por la mediocridad instalada por el poder con fines de control.
Pero Mami se resiste a soltarle la mano y a prestarle más atención a los temas que ocupan su curiosidad, necesidad de información y experimentación. Mamá siente estar perdiendo el control!
Momento en el que, de tratarse de un cuadro familiar integrado por todos sus actores, ya se trate de familias tradicionales o ensambladas, empieza a intervenir la figura paterna.
Figura que según la psicología moderna es la que va a tener la tarea de bajar al niño de los brazos de Mamá, para entrenarlo con buena enseñanza y con ejemplos, a desenvolverse con solvencia en un mundo real que sin dudas le va a plantear desafíos en los que los mimos maternos sólo van a tener lugar desde el apoyo afectivo.
Cuidado con los excesos!
Los excesos siempre son malos. Incluso en la crianza de adolescentes.
Sobrecargarlos de obligaciones y tareas diarias puede derivar en angustia por la falta de tiempo libre para su imaginación, la investigación y experimentación de sus propios cuerpos, los deseos nuevos hacia sus pares y la formación de sus vocaciones y proyectos de vida.
Por el contrario, los excesos de Mamá para quitarles el peso de sus tareas y obligaciones básicas, puede sumirlos en una apatía notable que, de no poder superarla los va a convertir en verdaderos incapaces para solucionar problemas y para desarrollar los métodos más básicos para lograr sus objetivos, si es que los tienen. En la jerga Boomer, un boludazo que va camino al personal de descarte de cualquier emprendimiento o entrevista laboral.
La postura del "Padrastro".
Casi un clásico en el que "mamá ensamblada" en pareja con hijos de matrimonio anterior, ante alguna sugerencia de "papá suplente" referida a los adolescentes a los que trata como hijos propios y con los que ha logrado un vínculo sano y sólido, reaccione con una postura defensiva rayando en un tono de hostilidad, con respuestas del tipo:
"Yo a mis hijos los crío como quiero. Te voy a pedir que no te metas".
El orgullo de "Papastro" termina de desafinar la tónica de una armonía familiar lograda con años de dedicación:
"De acuerdo. Pero recordá que funcionamos como Familia cuyo sustento aportamos ambos, y que el futuro de los chicos está primero. No vaya ser cosa que un error de tu crianza en la que no puedo intervenir, los lleve por mal camino y nos cueste dinero y mala sangre a los dos y a ellos. Si no tengo derecho de hablar o sugerir, me desligo de afrontar las consecuencias de tus errores."
Suena terrible, pero éste tipo de situaciones son más comunes de lo que imaginamos. Y de repetirse un par de veces el desenlace sería cantado: fin de la historia, "tasa tasa cada cual para su casa", sin que ninguno de los dos puedan siquiera imaginar el dolor de los chicos y la sensación de devastación de sus vidas y sus planes tal como una ciudad después de un bombardeo o un terremoto.
De buena madera se nace, las buenas familias se construyen y con un poco de dedicación pueden ser la plataforma ideal para lanzar a los adolescentes hacia una vida plena y con éxitos asegurados.
Y mientras las Mamis comparten en las redes cientos de frases referidas al desapego, a "soltar" para reinventarse, se resisten a soltar la mano de un nene con cuerpo de Hombre, que en no mucho tiempo va a ser el que vuelva a tomar su mano para llevarla a pasear junto a sus nietos...
Que tengas una excelente jornada y Gracias por leer!
Ariel Villar
Café Temperley
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