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"El Inquilino". (Ficción) Capítulo 1

Foto del escritor: Ariel VillarAriel Villar

Actualizado: 26 ago 2024




El personaje de éste relato es bien común. Un tipo del montón, de esos que no destacan en nada. Laburante como la mayoría, empleado de banco, y con un puñado de sueños imposibles producto de la Argenturia con los clásicos síntomas de incertidumbre y un demacrado poder adquisitivo.

Nada más lejos de su imaginación que transformarse en protagonista de un suceso inexplicable, sobre todo porque el solo hecho de contárselo a alguien lo ubicaría en la fila para internación en un psiquiátrico.


La historia comenzó un día de semana cualquiera, en el rutinario momento en el que como siempre se tiraba del bondi antes que éste se detuviese por completo, como queriendo ganarle un segundo al horario y a la vez aprovechar el impulso para enganchar el paso ligero de las 2 cuadras hasta la puerta del banco, siempre con lo justo. Cual paracaidista experimentado saltando al vacío, al soltar el pasamanos de la purta y antes de pisar la vereda, sintió un fuerte encontronazo con alguien más que lo hizo trastabillar. Recuperando el equilibrio dió media vuelta y levantando la mano dijo:

- "Uy, disculpe! No lo vi!"

De hecho, no lo vió. Cómo tampoco lo vió el pasajero del asiento pegado a la puerta, al que Juan alcanzó a verlo mirándolo con una sonrisa tipo "qué loco está ese tipo".

Nada. Se acomodó la mochila mientras enfilaba el centro de la vereda. Se sintió algo mareado y ralentizó el paso. Mientras se recuperaba escuchó una voz bastante cerca de su nuca que dijo:

# "Disculpe, se que se siente incómodo pero la verdad es que yo no lo elegí. Fue Usted quien provocó el accidente tirándose como kamikaze del colectivo".

Juan se dió vuelta y la persona más cercana detrás de él era una señora mayor con unas bolsas a unas tres veredas atrás, y pensó:

"Lo que me faltaba! Escuchar voces de gente que no veo. Sale licencia psiquiátrica para unooo!"

Llegando a la boca calle de nuevo:

#"Su andar no es que digamos de lo más confortable, pero en general tiene todo en buen estado. Igual está algo entumecido. Necesita ejercicio".

Juan volvió a darse vuelta y de nuevo, nadie a la vista. Trató de imaginar 20 motivos y formas para ser el objetivo de una broma tipo cámara oculta para las redes sociales, lo que le arrancó un ofuscado:

- "Pero quién carajo me habla?"

#"Ya le expliqué pero Usted no me dió bola. Al tirarse del colectivo fue Usted quien provocó la fusión plásmica. Digamos que ahora soy su nuevo Inquilino."

- "La puta madre! Quién me está jodiendo? Cómo lo hacen?

# "Además de ejercicio le faltan algunos jugadores. Es boludo? Qué parte no entendió? Y algo más: no hace falta que me hable, si eso lo incomoda por miedo a que lo tomen por loco. Puedo escuchar sus pensamientos. A propósito, me llamo Carlos. Y Usted?"

- "La conch... Esto me pasa por fumarme un porro trucho mirando Venom! Juan me llamo, Juan!!"

# "Bueno Juan, digamos que, un gusto. Póngale un poco de onda a éste accidente. Por un tiempo tranquilamente cuando le pregunten su nombre puede decir: Juan Carlos jaja. Bueno, no lo jodo más por un rato porque ya le están abriendo la puerta."


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Juan entró a la sucursal como un zombi. "Parece que hay gente que no la puso anoche mmmm", dijo el ordenanza mientras cerraba la puerta. Juan tiró un "Buen Día" generalizado y entre dientes. Dejó la mochila sobre su escritorio y fue al baño. Ya sentado en el inodoro pensó:

- "Así que Carlos me dijo?"

# "Así es Juan"

- "Y decime... Carlos, de donde carajo saliste?"

# "Mirá Juan: vengo del año 2120. Soy lo que ustedes llaman un viajero del tiempo. Y por supuesto al mejor estilo Terminator fui enviado en una misión clave. Si bien encontramos la forma de viajar en el tiempo, no es precisamente con un cuerpo en bolas. Nuestro cuerpo queda en animación suspendida y lo que viaja es nuestro plasma, o lo que ustedes conocen como energía vital, prana, chi, alma si querés un sentido más místico o religioso. Pero al llegar a destino, tenemos sólo algunas horas para habitar el cuerpo del objetivo, y convencerlo para que tome algunas decisiones o evitar que lo haga según el caso, para evitar el Gran Holocausto del 2030".


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- "Donde encuentre al que me vendió el porro lo cago a trompadas"

# "Te entiendo Juan. Para Vos debe ser una mierda todo ésto. Pero te repito: no eras Vos el objetivo. Digamos que aterricé un segundo antes que te tires del bondi y el encontronazo fuerte produjo la simbiosis plásmica. Andá a laburar que son las 10:04. Después te cuento más."/

Juan se sentó en su lugar de trabajo y Mónica desde el escritorio de al lado le dijo: "Te dije que no le compres al Bicho que vende basura, jeje."

- "Quién sigue? Adelante, por favor. En qué puedo ayudarla Sra?".

Carlos se mantuvo en silencio toda la jornada, para no incomodar a Juan que ya había tenido bastante.

La hora de salida llegó más rápido de lo esperado y Juan respiró al sol de la tarde después de 7 horas de encierro automático. "Se habrá ido Carlos?", pensó.

# "No Juan, acá estoy. Y te cuento que no va a ser tan fácil que me vaya, a menos que me ayudes a encontrar a mi objetivo."

- "Ah, la cagamos!"

# "La cagaste, dirás!"

- "Bueno, si, ponele. Pero, específicamente, quién es tu ... Objetivo?"

# "El Intendente de la Comuna."

- "Y por qué a él? Que pito puede tocar en el Gran Holocausto de 2030 del que hablás?"

# "Mirá: por los datos que puedieron hackear nuestros sistemas encriptados en casi todas las cosas que tengan un chip incorporado, éste buen hombre tuvo la poco feliz idea de comentarle a la Presidente en un asado de rosca política, sobre un proyecto macabro para dominar la voluntad de las personas, bajo el rótulo de 'Experimento Social', en teoría para mejorar la calidad de vida. A la mina se le prendió fuego la marioneta y perdió credibilidad, pero gracias a su fugaz visita a Rusia fue 're-ubicada' en el puesto número 1 del top ten del voto popular inconsciente. Cuestión que a la desquiciada le gustó la idea que fácilmente iba a superar a su propio tren-bala y la mismísima nave a la estratósfera de 'Patilla 1 a 1', y lo puso en práctica después que alguien le hizo leer un cuento de ficción llamado 'Agüita' escrito por un tal Ariel Villar. Mi misión es fusionarme plasmáticamente con el objetivo y hacerle creer a él y a su entorno que está loco, para que lo destituyan por problemas de salud antes del famoso asado.

- "Y se puede saber cómo carajo voy a tener acceso si quiera a acercarme al Intendente, Yo, un pinche de Banco?"

# "Si, Juan. La semana que viene el Directorio de tu banco va a lanzar una campaña comercial para aplacar los ánimos del sector público, entregando paquetes de servicios gratuitos por 2 años integrados por tarjetas de crédito y préstamos personales a 5 años con tasas de interés muy bajas. Y para los cargos jerárquicos, tarjetas Platino sin límite nominal y todo tipo de beneficios imaginables. Tu tarea va a ser entregarle la tarjeta en mano al objetivo."

- "Y eso sería todo?"

# "No. Tenés que hacer lo mismo que hiciste conmigo."

- "Chocarlo?? Me caga a tiros la custodia personal!!"

# "Eso ya está arreglado. Algunos de mis contemporáneos van a arengar al gremio para que ese día organicen una protesta frente al edificio municipal. Las cosas se van a poner espesas y un grupo armado va a tomar el edificio. La entrega al Intendente va a ser en el salón de actos con presencia periodística local por cuestiones políticas. Va a haber un par de disparos al techo justo cuando le estés por entregar la tarjeta. Ahí vas a correr y lo vas a tirar al suelo para salvarle la vida, y en el choque yo voy a pasar a su cuerpo. Lejos de ser el héroe del día, todo va a quedar tapado y sólo vas a recibir el agradecimiento del objetivo en privado junto con la orden de mantener la boca cerrada a riesgo de perder tu trabajo o incluso tu vida."


(Continuará...)


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Ariel Villar

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